Un electroestimulador es un aparato que tiene como objetivo fortalecer y recuperar tendones y fibras musculares. Esto lo logra al actuar como generador de corriente, que produce impulsos eléctricos capaces de inducir la contracción muscular, de manera que el músculo trabaje a una intensidad similar a la que lo hace durante el ejercicio o una rehabilitación.
Estos dispositivos generan impulsos eléctricos que son transmitidos al tejido muscular mediante electrodos. En este sentido, son aparatos útiles para aliviar dolencias y para tonificar los músculos, dependiendo de la tecnología que empleen.
Al comprobarse la efectividad de estas máquinas, se ha abierto paso en diversas ramas de la salud, como lo son la fisioterapia y la rehabilitación, la electroterapia e incluso para los apasionados del mundo Fitness; mostrando grandes resultados en cada una de las ramas.
¿Cómo funciona un electroestimulador?
Estos aparatos realizan la función de la neurona motora y envían un impulso eléctrico a las fibras de tus músculos con el propósito de provocar la contracción de estos sin que tu cerebro lo haya ordenado (contracción involuntaria).
¿Para qué sirven los electroestimuladores?
Estos dispositivos presentan dos utilidades fundamentales:
- Reducción del dolor (TENS)
La TENS (estimulación nerviosa transcutánea) representa una alternativa a los fármacos en la reducción del dolor, pues ofrece alivio cuando se aplica a una intensidad alta, sin ser dolorosa. En este sentido, hay estudios científicos como este que confirman la eficacia de la electroestimulación TENS en el tratamiento del dolor.
Los fabricantes sugieren que el efecto analgésico de la TENS es útil para proporcionar alivio a dolores crónicos, aunque puede perder efectividad si se usa el mismo programa diariamente con la misma intensidad y duración. Por esta razón, es aconsejable variar estos parámetros.
- Tonificación muscular (EMS)
La EMS (estimulación eléctrica muscular) es útil para ejercitar los músculos y contribuir a su recuperación. En este sentido, los fabricantes afirman que la EMS puede imitar el efecto producido por el ejercicio ligero, sin embargo, esta hipótesis todavía no ha sido comprobada. Dicho esto, hay que tener en cuenta que la estimulación eléctrica muscular no está indicada como sustituto del entrenamiento físico, sino como un adecuado complemento.
Tipos de electroestimulación
En principio es necesario aclarar que todos los tipos de electroestimulación se fundamentan en el mismo principio: la aplicación de pequeñas descargas eléctricas en el cuerpo para aumentar o reducir la actividad nerviosa o muscular. De esta forma, la diferencia se basa en los resultados que se quieren obtener y en consecuencia, las zonas del cuerpo sobre las que se trabajará y los ajustes que se deben configurar para ello.
Los tipos de electroestimulación más comunes son los siguientes:
- TENS (Electroestimulación Nerviosa Transcutánea)
Se le conoce también como “electroanalgesia”, pues hace posible la reducción del dolor en una determinada zona del cuerpo. Aplicada adecuadamente no genera contracción muscular, sino que produce un cosquilleo que estimula las fibras sensitivas.
- EMS (Electro Estimulación Muscular)
Está destinada a fortalecer, mantener y aumentar la musculatura. Esto se logra mediante la contracción muscular inducida por los impulsos eléctricos. La intensidad y la frecuencia de la estimulación pueden variar según el nivel de función muscular y la respuesta al tratamiento.
- Corriente de Kotz (ondas rusas)
Tiene como propósito potenciar los músculos de forma intensa, aumentando el tamaño de estos y su resistencia, motivo por el que es muy utilizado en el entrenamiento deportivo. También sirve para tonificar por lo que en los últimos años se usa con fines estéticos.
- FES (Electro Estimulación Funcional)
Es un tipo de electroestimulación complejo, cuyo objetivo no es únicamente conservar y fortalecer la musculatura afectada por una lesión, sino que también busca generar movimientos funcionales como caminar, mantenerse de pie, alcanzar objetos, entre otros. Esto se consigue a través de la contracción coordinada de los músculos que participan en esas acciones. Los dispositivos con tecnología más avanzada incorporan sensores de movimiento que permiten que el paciente tome conciencia de la musculatura estimulada y controle sus propios movimientos.
¿En qué se diferencian la TENS y la EMS?
Es común confundir los equipos de electroestimulación muscular (EMS) con los de Estimulación Eléctrica Nerviosa Transcutánea (TENS). En este sentido, aunque existen en el mercado dispositivos con ambas funciones, la diferencia radica en que los aparatos con EMS se ocupan del estímulo de fibras musculares, y por lo tanto sirven para tonificar el cuerpo, mientras que los aparatos con TENS proporcionan un efecto analgésico al aliviar el dolor mediante estímulos en las fibras nerviosas sensitivas.
Beneficios de la EMS
- Aumenta la activación muscular y contracción de las fibras, llegando a estimular tejido que no podría alcanzarse con contracciones voluntarias.
- Al ser un tipo de ejercicio que no genera gran cansancio, permite que el usuario tenga más aguante durante la sesión.
- Contribuye a mejorar la fuerza y la resistencia.
- Favorece la circulación sanguínea.
- Ayuda a eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo.
- Aporta a la recuperación después una sesión de entrenamiento.
Beneficios de la TENS
- Produce un efecto calmante ante un dolor localizado.
- Al aliviar los dolores contribuye también a reducir el estrés.
- Ayuda a desinflamar determinadas zonas.
- Mejora la circulación sanguínea.