La vitamina C (ácido ascórbico) es un nutriente esencial para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, sobre todo en periodos de crecimiento y desarrollo.
A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre esta importante vitamina.
Empecemos por los beneficios
Ya conocemos los beneficios que la vitamina C aporta a nuestro organismo, pero no queremos dejar de mencionar de manera explícita cómo esta vitamina usada por vía tópica influye en la piel de la cara:
- Su alta capacidad de protección frente a los radicales libres evita el envejecimiento prematuro de la piel.
- El uso tópico de vitamina C forma una segunda barrera protectora contra los efectos dañinos de los rayos UVA. En la rutina diaria se recomienda su uso por la mañana antes de aplicar el protector SPF.
- Unifica el tono de la piel y un uso continuado, además de aportar luminosidad, ayuda progresivamente a disminuir las manchas oscuras.
- Reduce el enrojecimiento de la piel y ayuda a combatir el acné, la rosácea y los puntos negros.
- Su efecto reafirmante y su papel en la producción y síntesis de colágeno ayuda a eliminar las líneas de expresión y las pequeñas arrugas de la piel.
- Favorece la hidratación óptima de todas las capas dérmicas.
¿Que tipos de productos cosméticos con vitamina C puedes encontrarte?
Los productos cosméticos que incluyen vitamina C podemos encontrarlos en diferentes formatos y, de hecho, existen fabricantes que comercializan una línea completa de productos con este nutriente.
- Ampollas: Presentan una textura líquida y suelen contener en su formulación altas concentraciones de vitamina C. Se aplican directamente sobre la piel pero una vez abiertas, para evitar su degradación, se deben usar en un periodo máximo de 24 horas.
- Sérum: Poseen una textura muy ligera y de fácil absorción que lo hacen especialmente apto para personas con pieles grasas. Ofrecen un tratamiento intensivo que aporta nutrición y luminosidad a la piel de cara y cuello.
- Crema facial: Como un tratamiento básico para el cuidado de la piel, las cremas faciales que incluyen en su formulación vitamina C permiten obtener a largo plazo los beneficios que este nutriente aporta.
- Vitamina C en polvo: Este formato permite mezclar la vitamina C con la crema facial o sérum. Esta opción está recomendada para personas que no quieren cambiar su línea de cosméticos pero que desean obtener todos los beneficios de esta vitamina.
- Exfoliantes: Los exfoliantes que la contienen, además de arrastrar las células muertas, ayudan a oxigenar la piel por lo que aportan mayor luminosidad.
- Limpiadores faciales: Cada vez son más los limpiadores faciales que incluyen vitamina C en su formulación. Usar un limpiador con esta vitamina como parte del ritual diario en el cuidado de la piel hace posible que la cara y cuello adquieran un aspecto más luminoso y fresco.
En todos estos formatos, la vitamina C puede encontrarse como único principio activo o conjuntamente a otros ingredientes que también potencian el buen estado de nuestra dermis: fotoprotectores, antioxidantes, vitamina E, ácido hialurónico, hidratantes…
Uso de vitamina C en productos cosméticos faciales
La industria cosmética la utiliza como un poderoso activo para mejorar la textura, luminosidad y firmeza de la piel de la cara.
Pero dada la inestabilidad que este nutriente presenta a la luz, al calor y al aire, es muy fácil de degradar. Por tanto, no todos los productos cosméticos con contenido en vitamina C ofrecen la misma calidad ni proporcionan los mismos efectos beneficiosos a la piel.
También conviene recordar que el cuidado de la piel no debe ser una cuestión meramente estética, tratarla adecuadamente para protegerla es una recomendación unánime entre los profesionales de la dermatología.
Uso tópico
Ya hemos visto la importancia de esta vitamina y sus beneficios en la piel, ahora vamos a centrarnos en todo lo que debes conocer sobre el uso tópico de este nutriente. De esta forma, podrás elegir el producto más efectivo y adecuado a tu tipo de piel.
¿A quién se recomienda el uso tópico de vitamina C?
A excepción de personas con pieles muy sensibles o alérgicas, los tratamientos cosméticos con vitamina C pueden ser utilizados para mejorar el estado de salud de todo tipo de pieles, estando especialmente recomendados para:
- Personas con pieles dañadas por la radiación: Las personas que están expuestas de forma continuada a las radiaciones solares o aquellos que habitúan a broncearse mediante rayos UVA tienen un alto riesgo de sufrir lesiones cutáneas. Para este sector poblacional, la vitamina C es un importante aliado ya que además de ayudar a la vitamina E en su función fotoprotectora, regula la síntesis de melanina actuando como un potente despigmentante de las manchas ocasionadas por la exposición solar.
- Personas de más de 30 años de edad: Generalmente, es a partir de los 30 años cuando la piel comienza a sufrir falta de hidratación, aparición de manchas, patas de gallos, pequeñas arrugas de expresión… por lo que es importante comenzar con un tratamiento de vitamina C para combatir las carencias que originan estos problemas dérmicos en las pieles maduras.
- Personas con cutis opacos: Una piel mal oxigenada es una piel apagada y con un tono grisáceo. Este tipo de piel es muy común entre personas fumadoras o que pasan muchas horas diarias en recintos cerrados y bajo la luz artificial. En estos casos, su uso tópico aporta la oxigenación que la piel necesita para recuperar su aspecto luminoso.
¿Qué vitamina C o derivados usar en función al tipo de piel?
Anteriormente hemos citado que la industria dermoestética utiliza vitamina C estabilizada en la mayoría de sus productos por ser más fácil de formular y por presentar mayor resistencia a la degradación que la vitamina C pura.
Existen diferentes derivados de la vitamina C y, aunque todos ofrecen beneficios comunes, su elección debe ir en función del tipo de piel y al problema cutáneo que se quiera contrarrestar. A continuación, te indicamos los derivados más frecuentes.
Ácido L-ascórbico (LAA)
Es uno de los principios activos más usados en cosmética aunque también es el más propenso a la oxidación.
Si tu piel está entre normal y grasa este ingrediente es el idóneo para ti, solo debes comprobar que su concentración sea del 15-20% y su PH oscile entre 2,5 y 3 para que asegure las propiedades antioxidante que te permitan prevenir la aparición de líneas de expresión o pequeñas arrugas y te ayude a estimular la producción de colágeno.
Fosfato de ascorbilo de magnesio (MAP)
Este derivado se caracteriza por presentar una mayor resistencia a la oxidación que el ácido L-ascórbico.
Está especialmente indicado para tratar los problemas de pigmentación y para ayudar a aumentar la producción de colágeno. Es apto para todo tipo de pieles, para que sea efectivo debe presentarse con una concentración entre el 5 y el 15%.
Fosfato de ascorbilo de sodio (SAP)
El fosfato de ascorbilo de sodio es mucho más estable que los dos derivados citados anteriormente por lo que su resistencia a la oxidación también lo es.
Posee propiedades antimicrobianas que lo hacen apto para combatir la piel grasa, el acné y la inflamación, pero para que realmente puedas beneficiarte de sus propiedades, la concentración debe ser entre el 5 y el 15%.
Tetraisopalmitato de ascorbilo
Este derivado es soluble en aceite y tiene como ventaja que penetra de forma más rápida en la piel que otros tipos de vitamina C. Reduce visiblemente la inflamación y protege a las células del ADN de los daños producidos por la exposición a los rayos UVA.
Es apto para todo tipo de pieles en concentración del 10 al 15%.
Ascorbil glucósido
Este derivado es muy suave por lo que puede ser una buena opción para las pieles muy sensibles. Es soluble en agua y tiene un gran efecto sobre las manchas ocasionadas por efectos del sol o de la edad.
¿Tiene efectos adversos el uso de sérums de vitamina C?
El uso tópico diario de vitamina C durante periodos de tiempo prolongados no supone ningún riesgo para nuestra salud dérmica. De hecho, se puede usar de forma segura con otros activos antienvejecimiento de uso tópico comunes como los protectores solares, tretinoína, antioxidantes, ácido glicólico…
La únicas reacciones adversas que se pueden presentar tienen un carácter leve y se manifiestan principalmente con una coloración anaranjada de la piel y un cabello ligeramente pigmentado.
En concentraciones muy altas, la vitamina C puede producir escozor, eritema y sequedad. Estos síntomas se pueden tratar fácilmente con una crema hidratante.
¿Cómo aplicar la vitamina C para la cara?
Si no has usado hasta ahora vitamina C tópica, es conveniente que comiences por un cosmético con baja concentración para que tu piel se acostumbre a este nutriente. También es buena idea probar el producto en las sienes o en la zona interna de la muñeca para comprobar que no resulta irritante para tu piel.
Otro factor que debes tener en cuenta para que el producto no pierda su eficacia es el de preservarlo de la humedad y de la exposición directa a la luz.
El tratamiento de vitamina C pura puede ser aplicado por la mañana o por la noche. Pero para aprovechar todos sus beneficios, lo ideal es que te lo apliques por la mañana ya que así también estarás protegiendo tu piel de la oxidación y de los agentes contaminantes ambientales. Si usas un derivado, tienes que aplicártelo dos veces al día (mañana y noche) siguiendo las mismas pautas de uso.
Para evitar problemas de irritación o rojeces, comienza a usar tu sérum poco a poco (2-3 veces por semana), cuando tu piel se haya acostumbrado ya podrás usarlo a diario. Es importante que lo apliques tras la limpieza facial y antes que cualquier otro tratamiento.
En cuanto a la cantidad de producto que debes utilizar, debes saber que con unas cuantas gotas será más que suficiente para cubrir toda la cara. Si te excedes en la cantidad, tu piel no asimilará el producto y aparecerán pequeñas bolitas que deberás retirar.
Para aplicarlo correctamente, comienza por el centro y extiende el producto con suaves movimientos circulares hacia el exterior. Debes tener precaución con el contorno de los ojos; dada su fragilidad, para esta zona facial es recomendable usar cosméticos específicos como las cremas para tratar las ojeras.
Cuando tu piel haya absorbido por completo el sérum (unos 15 minutos), puedes continuar con la crema hidratante que te ayudará a sellar y a fijar sus activos. A continuación debes aplicar el protector solar y, por último, la base de maquillaje. Si tienes un cepillo facial eléctrico puedes usarlo para mejorar la absorción y extenderlo mejor.
Es importante que deseches el sérum si observas un cambio en su color, significa que se ha oxidado y no te aportará ningún beneficio. También es importante que al menos una vez por semana (máximo cada 15 días) exfolies tu piel ya que la vitamina C tiende a ensuciar los poros.