Ante la imposibilidad de realizar tu actividad en otra posición que no sea sentado, para evitar en la medida de lo posible los problemas de salud anteriormente citados, no solo basta con estar en posesión de una silla anatómica, es importante que sepas regularla correctamente. Para ello deberás tener presente tu propia fisiología y las condiciones de tu zona de trabajo.
Una silla ergonómica fija no tiene ningún sentido, ya que para que sea ergonómica debe poder ajustarse perfectamente a la morfología del usuario.
5 ajustes que debes regular en una silla ergonómica
Altura del asiento
Para que quede regulada correctamente con respecto a la altura de tu mesa de trabajo, tus brazos siempre deben quedar apoyados de forma estable y formando un ángulo de flexión comprendido entre los 95-105 grados y de forma que los hombros permanezcan bajos y relajados.
Puede que una vez regulada, tus pies no queden bien apoyados en el suelo; en este caso necesitarás un reposapiés.
Si tu mesa es regulable en altura, primero debes regular la altura de la mesa y posteriormente la silla. En este caso, debes ajustarla en función a la posición de tus piernas: los pies deben quedar apoyados de forma estable sobre el piso y los ángulos, tanto de la espalda/glúteos como de muslo/piernas, han de ser mayor a 90 grados.
Profundidad del asiento
Las sillas ideales para la espalda suelen ofrecer la posibilidad de regular la profundidad del asiento, siéntate de forma que tu espalda quede totalmente apoyada en el respaldo y las rodillas sobresalgan unos cincos centímetros del asiento.
El asiento nunca debe presionar la zona interna de las rodillas ya que impediría la correcta circulación sanguínea de las extremidades inferiores.
Si la profundidad del asiento no es regulable, debes fijarte en las medidas que la silla ergonómica presenta. Si el asiento es demasiado profundo, el apoyo lumbar no será correcto y el borde ejercerá presión sobre las rodillas. Para poder determinar si el acople es el indicado, mide tu pierna desde el glúteo hasta la rodilla y compáralo con la profundidad del asiento.
Inclinación del respaldo
Para que la posición del respaldo sea la correcta deberá formar un ángulo de inclinación entre 95 y 105 grados respecto al asiento. Lo ideal es que el respaldo de una silla ergonométrica de escritorio cuente con la posibilidad de ajustar la inclinación un mínimo de 10 grados para que puedas ajustarlo en función de tu fisionomía y/o de las tareas que tienes que realizar.
Si la silla ergonómica cuenta con respaldo basculante, tienes que tener en cuenta que para que se adapte bien y evitar los movimientos bruscos, deberás ajustar la tensión del respaldo en función de tu peso corporal.
Ajuste del soporte lumbar
Dada las diferentes características fisiológicas de cada usuario (altura, curvatura de la espalda…), para que el ajuste sea perfecto, lo ideal es que el soporte lumbar se pueda ajustar tanto en altura como en profundidad.
La altura se regula manualmente subiendo y bajando un soporte para tal efecto. La profundidad apropiada la conseguirás a través de una rueda que debes girar hasta encontrar el acople apropiado a tus propias características físicas.
Reposabrazos
Las sillas de trabajo ergonómicas más avanzadas incluyen reposabrazos con tres tipos de ajustes diferentes:
- Regulación de la altura: Debes posicionar los reposabrazos de forma que tus brazos queden en una posición en la que formen un ángulo de 90 grados. Así evitarás la tensión de los hombros.
- Regulación de la posición: Para que puedas tener un apoyo completo, debes cambiar la posición del reposabrazos hacia delante o detrás en función del tamaño de tu brazo.
- Regulación de la inclinación: Con este ajuste podrás adaptar la inclinación de los reposabrazos para que se adapten de forma eficiente a las diferentes tareas que realices en tu trabajo.
Si no ofrece la posibilidad de ajustar los reposabrazos y estos quedan muy altos, lo conveniente es retirarlos para evitar la sobrecarga muscular de los hombros.
¿Qué normativas existen sobre sillas de oficina?
Las normativas más destacadas que se encargan de certificarlas son :
- Normativa ANSI/BIFMA: Esta certificación norteamericana otorga garantías en cuanto a calidad y sostenibilidad al mobiliario de oficina. Es más exigente en lo relativo a los parámetros de peso que la europea.
- Norma Europea EN 1335: Esta certificación tiene ámbito de aplicación exclusivo a las sillas de oficina valorando exigencias mecánicas, principalmente en cuanto a resistencia, estabilidad y durabilidad.
Consejos para maximizar los beneficios de las sillas ergonómicas
Aun usando una silla de escritorio, y aunque sea ergonómica, la tensión que provoca estar sentado durante largos periodos de tiempo puede terminar por pasar factura. Por tanto, es importante que sigas los siguientes consejos, tu bienestar físico puede depender de ellos.
- No permanezcas estático por mucho tiempo. Cambia con frecuencia la posición al estar sentado y, cada cierto tiempo, realiza pequeñas caminatas alrededor de tu oficina o casa.
- Realiza estiramientos musculares de vez en cuando para aliviar la tensión muscular.
- Procura que el monitor de tu PC esté de frente, a unos 50 centímetros de distancia en relación y a una altura en la que la parte superior de la pantalla quede al mismo nivel que los ojos.
- Los pies deben quedar apoyados sobre el piso y con los tobillos un poco por delante de las rodillas. Si tus pies no tocan el suelo, utiliza un reposapiés.
- No cruces las piernas.
- Tus hombros deben estar relajados, es decir, sin encorvarse o estar echados hacia atrás.
- Debes mantener los codos cerca del cuerpo y en un ángulo de 90 grados.
- Tu espalda debe contar con un buen apoyo. Si no posee un soporte lumbar, usa un almohadón o cojín para la parte baja de la espalda.
- Tus muslos y caderas deben estar bien apoyados y en paralelo al suelo.
Si aún te queda alguna duda puedes consultar nuestro artículo sobre cómo sentarse correctamente en una silla de oficina.
