Las 10 mejores sillas ergonómicas de oficina

Debes tener presente que para que una silla ergonómica ejecutiva te ofrezca la cualidad ergonómica debe reunir (como mínimo) las siguientes características: un respaldo alto, curvado, flexible y regulable; soporte lumbar y apoyabrazos. A partir de aquí, todos las demás prestaciones serán consideradas como un plus que mejoran su funcionalidad.

A continuación te detallamos los puntos claves que debes considerar para que la elección sea un acierto.

Respaldo

Ya te hemos adelantado que el respaldo es una de las principales características que definen la ergonomía de una silla.

Tienes que tener en cuenta que el respaldo se ajuste a tu espalda y que cuente un soporte lumbar, además, es aconsejable que ofrezca la opción de regular tanto la inclinación como su firmeza.

Aunque la mayoría de modelos de gama media nos ofrecen la posibilidad de regular la inclinación, es interesante que contemples la posibilidad de comprar una silla que te ofrezca un respaldo basculante o sincronizado con el asiento. ¡Será un plus extra que tu cuerpo agradecerás!

En lo concerniente a la altura, es recomendable que sea regulable y que cubra toda tu espalda. Algunos modelos incluyen un reposacabezas para permitir el óptimo descanso del cuello. Este elemento aporta un plus de comodidad al evitar que la columna esté sometida a una excesiva torsión cuando reclines el cuello hacia atrás.

Asiento

El asiento es otro de los aspectos claves que debes considerar.

Por supuesto, debe ser regulable en altura ya que será la única forma en la que podrás ajustar correctamente la posición de tu torso con respecto a la mesa de trabajo. Ten en cuenta que si tu silla es demasiado alta estarás forzando tanto las vértebras como los músculos superiores del dorso y del trapecio.

Lógicamente, debe tener la anchura y la profundidad suficiente para que te puedas sentar de forma holgada y de forma que te permita doblar las rodillas en un ángulo de 90 grados mientras mantienes la espalda apoyada en el respaldo.

Para evitar que la parte trasera de tus rodillas sufra presión ni obstaculice la circulación sanguínea de tus piernas, también es conveniente que observes que el borde delantero tenga una suave inclinación hacia abajo.

De igual forma, el asiento debe presentar una dureza media para que te garantice comodidad y estabilidad y, preferentemente, giratorio para que puedas levantarte y sentarte sin necesidad de realizar movimientos bruscos.

Apoyabrazos

Este elemento es importante para reducir la sensación de fatiga en la zona cervical, su ausencia implica que gran parte de tu peso corporal recaerá sobre la parte superior de la espalda en lugar de la silla.

Los apoyabrazos no solo han de servirte de soporte para los codos y antebrazos, deben permitirte mantener los brazos formando un ángulo de 90 grados mientras estás trabajando.

También has de tener en cuenta que nunca deben ejercer presión sobre las caderas ni impedir que te puedas acercar a la mesa de trabajo. Por tanto, lo más aconsejable es que esta parte sea ajustable en altura y que permita variar su inclinación.

Base

La base debe ser estable, por tanto, debe contar con cinco puntos de apoyo. Lo aconsejable es que incluya ruedas que permitan el desplazamiento por tu zona de trabajo y, a la vez, puedas cambiar la postura con facilidad.

En este punto debes fijarte si el tipo de ruedas es el apropiado para la superficie (parquet, moqueta, cerámica…) donde la silla va a ejercer su función.

Materiales

La calidad de los materiales empleados en su fabricación es lo que va a determinar su duración. Generalmente, los plásticos técnicos y el aluminio son los materiales más usados por sus altas prestaciones y resistencia.

En cuanto al tapizado (cuero, tela, polipiel o malla) es frecuente elegirlo en función del estilo decorativo del entorno.

No obstante, la estética debe quedar relegada a un segundo plano, lo aconsejable es que optes por un material que ofrezca una alta transpirabilidad.

Ajustes

Aunque en un principio pueda parecer algo trivial, la fácil accesibilidad de los ajustes es un factor que también merece ser tenido en cuenta.

La silla de oficina debe permitir que puedas ajustar todos sus mecanismos (altura, brazos, respaldo…) desde el asiento. Este detalle te permitirá adoptar, rápida y fácilmente, la postura idónea en función de tus necesidades corporales y/o laborales.

Peso máximo soportado

Generalmente, las sillas de escritorio ergonómicas soportan hasta un máximo de 120 kilogramos, aunque existen modelos que incrementan esta cifra hasta los 150 kilogramos.

Este punto conviene no ser obviado ya que en función de tu corpulencia o peso corporal deberás elegir el modelo apropiado que te garantice su resistencia.

Ruedas

Las sillas ergonómicas cuentan con distintos tipos de ruedas, es importante saber cuál es la indicada según el tipo de suelo para que no lo dañes. Sobre todo si tienes suelos delicados es esencial que elijas sillas de oficina que no rayen el suelo

Ruedas de plástico: Son las indicadas para suelos con moquetas, alfombras o similares, es decir, suelos blandos, ya que el plástico un material duro y rugoso permite una muy buena adaptabilidad.

Ruedas con recubrimiento de goma, poliuretano o similar: Son la opción más acertada para suelos duros tipo mármol, terrazo o parquet dado que facilitan un desplazamiento silencioso con un buen agarre sin dañar estos suelos.

Ruedas de nylon: son extraordinariamente duras y fuertes, por ello, pueden rayar suelos como el mármol o el parquet además de provocar molestos ruidos.

Si te interesa un modelo no adecuada para tu suelo delicado también tienes la opción de comprar aparte ruedas para sillas de oficina que no rayen y cambiarlas (siempre que el modelo lo permita).