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¿Las pulseras de actividad son malas para la salud?

¿Son buenas las pulseras de actividad?
¿Son buenas las pulseras de actividad?

En los últimos años, la popularidad de los dispositivos fitness amparados por grandes empresas como Fitbit, Apple o Garmin, ha producido que el mercado se inunde de gadgets que pueden controlarlo todo:

La distancia que recorres, las horas que duermes, las calorías que consumes…

Una vez que ya tenemos nuestra pulsera inteligente colocada en nuestra muñeca dispuesta a controlarlo todo, la pregunta parece ser obvia: ¿Cómo afecta esto a nuestra salud mental?

¿Son malas las pulseras de actividad para controlar la salud?

En principio, estos medidores de actividad parecen ser solamente una simpática forma de controlar nuestra salud. A los seres humanos nos encanta marcarnos objetivos, así que, ¿Por qué no marcarnos objetivos con nuestra salud?

Esto parece ser una idea estimulante, motivadora, e incluso desafiante, pero sobre todo inofensiva. Muchos de estos fitness trackers utilizan objetivos diarios y semanales en un intento de fomentar un cambio de comportamiento positivo a través de ese elemento que se está controlando.

Sin embargo, a menudo estos “objetivos” se basan en gran medida en valores arbitrarios con poca o nula consideración por las circunstancias individuales de la persona que está dispuesta a utilizar el dispositivo. Por ejemplo, todo el mundo conoce la mítica idea de los 10.000 pasos diarios, pero poca gente sabe que esta estrategia de realizar 10.000 pasos diarios nació como una estrategia de marketing, no como una prescripción de salud.

son buenas las pulseras de actividad para dormir

Por supuesto, controlar los aspectos básicos de tu salud como tu actividad diaria y tu sueño nocturno es una buena idea, pero como cualquier otra cosa, no es en absoluto para todo el mundo, ya que en muchas ocasiones, revisar los datos de tu dispositivo fitness puede conducir a ciertos niveles de ansiedad, frustración e incertidumbre, especialmente si no estás cumpliendo tus objetivos propuestos.

Evidentemente, lo contrario también es cierto. Si te has marcado un objetivo y sabes que lo estás cumpliendo, revisar la información acumulada de tu pulsera de actividad te proporcionará una sensación de placer y satisfacción abismales.

La pregunta es: ¿Cuánto tiempo durará esto?

Al igual que ocurre con los propósitos de año nuevo, cuando una persona se hace con una pulsera de actividad y se dispone a cambiar su estilo de vida, lo más normal es que durante el periodo inicial, cumpla sin ningún problema sus objetivos propuestos.

Es lo que yo llamo, la luna de miel del fitness.

Pero en algún momento, toda luna de miel llega a su fin, y es en este momento cuando pueden aparecer los problemas. Abrir tu panel de control y enfrentarte al hecho de que no has hecho nada de lo que se supone que tenías que hacer, es una sensación de fracaso que puede hundirte la moral.

Por otro lado, estos aparatos también pueden generar una obsesión y un comportamiento compulsivo cuando constantemente estás pendiente de ellos, ya que, aunque el control de tus parámetros de salud tiene un efecto positivo, la dependencia de la tecnología para cambiar tu estilo de vida puede tener consecuencias devastadoras en tu salud mental. En cierto modo, es comparable a cualquier otra adicción en la que dejas de dominar algo, para que ese algo te domine a ti.

Cómo controlar nuestro progreso de forma saludable

Cómo controlar nuestro progreso de forma saludable

Usar la tecnología para registrar la distancia que recorres, tu peso corporal, la ingesta de alimento o incluso tu frecuencia cardiaca, no es necesariamente malo y dependerá mucho de la persona que utilice este tipo de dispositivos. Al fin y al cabo, la relación entre cuerpo, mente y tecnología es complicada y difícil de precisar.

Por eso, yo como entrenador y después de haber trabajado con cientos de personas (muchas de ellas con ciertos comportamientos compulsivos), siempre recomiendo lo mismo:

Tener independencia del resultado.

Normalmente, estos dispositivos fitness son bastante resultadistas, por eso nos gustan tanto, porque en el fondo nosotros también lo somos. Caminar 10.000 pasos, dormir 8 horas o consumir X calorías parecen ser objetivos razonables, pero en el fondo solo son un medio para conseguir un fin. Tú no quieres dar 10.000 pasos al día, tú quieres bajar de peso, de la misma forma que tú no quieres dormir 8 horas cada noche, quieres levantarte fresco y descansado.

Ese es el resultado y es justo en lo que no debes pensar.

Al fin y al cabo, todos los parámetros que decidas controlar, obedecen a un fin mayor. Por ejemplo, caminar 10.000 pasos solo es una forma de asegurar que te mantienes activo a lo largo del día, o dormir 8 horas diarias solo es una forma de asegurar una buena higiene del sueño.

Sin embargo, hay otras formas de conseguir lo mismo sin depender de la tecnología. Comportamientos como usar las escaleras en lugar del ascensor, pasar más tiempo de pie o aparcar más lejos, son pequeños hábitos diarios que te harán conseguir lo mismo (mantenerte más activo) sin tener que estar constantemente revisando tu pulsera de actividad para saber exactamente cuánta distancia has recorrido.

Una vez que consigues interiorizar estos hábitos, no necesitas “obedecer” a tu pulsera para salir a caminar, porque ya lo habrás hecho durante todo el día. Esto es lo que llamo tener objetivos de proceso, y no de resultado, de tal forma que habrá días que aplicando estas estrategias, camines 10.000 pasos, otros días quizás 12.000 y otros días puede que solo 4.000, ¿Pero qué más da? Si eres capaz de poner en práctica estos pequeños hábitos, no tendrás que preocuparte más de ser “juzgado” por la pulsera que llevas en la muñeca.

Las pulseras de actividad a menudo no son suficiente

pulseras de actividad para deporte

Cambiar tu estilo de vida no es una cuestión de números ni de estadísticas, es una cuestión de identidad, y lo que poca gente entiende, es que esa identidad se moldea cada día con las decisiones que tomas.

Por eso yo recomiendo siempre a mis clientes que usen las escaleras en lugar del ascensor. No es para que quemen más calorías, ni para contentar a su pulsera fitness. No son hamsters que necesitan correr en una rueda para ganarse la cena. Simplemente les recomiendo que usen las escaleras porque son el tipo de persona activa y saludable que usa las escaleras. No es por su salud, es por su identidad.

A mi me gusta ver la identidad como unas votaciones: Cada decisión que tomas en tu día a día es un voto para convertirte en la persona que quieres ser. Esto significa que puede que ahora mismo no te veas como una persona en forma que usa las escaleras en lugar del ascensor, pero si las próximas 20 veces que tengas la oportunidad, usas las escaleras, pronto te convertirás en esa clase de persona.

Lamentablemente, este cambio de identidad no está al alcance de las pulseras fitness, y aunque pueden ser una herramienta muy válida para ayudarnos a mejorar nuestra adherencia, lo cierto es que al final del día, son nuestros hábitos los que determinan la clase de persona en la que nos convertimos. Así que, si quieres convertirte en una persona con un físico atlético y saludable, compórtate como una persona con un físico atlético y saludable.

La gamificación de la salud a través de estos dispositivos fitness puede ser aparentemente muy conveniente, y divertida y en muchos casos lo es, pero hay una fina línea que no se debería cruzar. Cuando la diversión inicial se empieza a reemplazar por ansiedad y estrés, significa que has cruzado esa línea.

Al fin y al cabo, como dijo Einstein:

«No todo lo que se puede medir se debe medir, y no todo lo que se debe medir se puede medir.«

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